Director: Woody Allen
País: Reino Unido
Año: 2005
Género: Drama
Duración: 123 minutos
«Aquel que dijo: "más vale tener suerte que talento", conocía la esencia de la vida [...] En un partido, hay momentos en que la pelota golpea el borde de la red; con un poco de suerte irá hacia adelante, y ganas; o no lo hace, y pierdes.»
Con esta frase empieza una de las mejores películas que he visto nunca, protagonizada por Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers), un irlandés de origen humilde -pero culto- que da clases de tenis a la alta sociedad inglesa, ambicioso y consciente del papel de la suerte en la vida; Cloe Hewett (Emily Mortimer), una simpática chica de clase alta que tiene la vida estructurada por sus padres y no tiene ninguna intención de rebelarse a ello, y Nola Rice (Scarlett Johansson), una sexy americana, novia de Tom Hewett (Matthew Good), hermano de Cloe.
La película empieza con Chris Wilton consiguiendo una plaza de trabajo en un selecto club de tenis londinense. A partir de ahí, empezará a dar clases a varias personas, hasta encontrarse con Tom. Ambos coinciden en varias aficiones, así que Tom lo invita a una ópera, donde conoce a Cloe. Más tarde conocerá a Nola, en una fiesta a la que también es invitado por Tom.
Así pues, empieza una relación amorosa con Cloe, impulsada también por esa enorme ambición que Chris tiene de ascender socialmente, con la que finalmente se casa, consigue un piso de lujo al lado del Támesis, un tra
bajo de enchufado en la empresa de papá, posible herencia... vamos, todo.
Bueno, no todo, ya que se le queda clavada la espina de Nola, de la que se enamora locamente, que marcha de la ciudad por romper con Tom. Pero un día se la encuentra en la Tate Modern, y empieza una relación en secreto con ella.
Y ahí es donde empieza el verdadero drama de la película, casi podría decirse que la película empieza ahí. Aquí es donde se demuestra tanto el enorme potencial de los actores -con unos primeros planos de los actores excelentes- como del director, que se sale de sus típicas comedias con un drama perfecto, redondo. Chris intenta compaginar su vida, es decir, su trabajo y Cloe, con Nola. Pero todo empieza a irse a pique, por lo que Chris decide tomar una solución. Muy drástica, por cierto.
Entonces, en la recta final de la película, Woody Allen, además de mantenernos en vilo durante todo el tiempo, tambien nos despista, con las reminiscencias a Crimen y Castigo, la música de ópera de fondo, y como golpe final y magistral, un anillo que cae hacia atras al tocar con la valla del río cuando Chris lo lanza. Pero la suerte es la esencia de la vida, como aquel que dice...
Los trabajos de Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson son perfectos. Por una parte, Chris como el irlandés humilde pero frío y calculador, que pese a saber que la suerte es importante, intenta tenerlo todo bajo control. Y Scarlett Johansson como esa americana seductora, de carácter un tanto dispar deseada por todo aquel que tenga ojos en la cara. La música no se queda atrás, desde luego, con una ópera de fondo espeluzante; y qué decir del ritmo, que aumenta a medida que los sentimientos de Chris se alteran más y más; y por supuesto, la fotografia, con unos encuandres geniales. Mi nota es un 10.
Lo mejor: Casi todo. Los papeles de los actores, la música, la historia, como el director te lo cuenta todo, para engañarte hasta los últimos dos minutos de la película.
Lo peor: Que te duela la cabeza de tanto intentar adivinar cómo va a acabar la película.
«Aquel que dijo: "más vale tener suerte que talento", conocía la esencia de la vida [...] En un partido, hay momentos en que la pelota golpea el borde de la red; con un poco de suerte irá hacia adelante, y ganas; o no lo hace, y pierdes.»
Con esta frase empieza una de las mejores películas que he visto nunca, protagonizada por Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers), un irlandés de origen humilde -pero culto- que da clases de tenis a la alta sociedad inglesa, ambicioso y consciente del papel de la suerte en la vida; Cloe Hewett (Emily Mortimer), una simpática chica de clase alta que tiene la vida estructurada por sus padres y no tiene ninguna intención de rebelarse a ello, y Nola Rice (Scarlett Johansson), una sexy americana, novia de Tom Hewett (Matthew Good), hermano de Cloe.
La película empieza con Chris Wilton consiguiendo una plaza de trabajo en un selecto club de tenis londinense. A partir de ahí, empezará a dar clases a varias personas, hasta encontrarse con Tom. Ambos coinciden en varias aficiones, así que Tom lo invita a una ópera, donde conoce a Cloe. Más tarde conocerá a Nola, en una fiesta a la que también es invitado por Tom.
Así pues, empieza una relación amorosa con Cloe, impulsada también por esa enorme ambición que Chris tiene de ascender socialmente, con la que finalmente se casa, consigue un piso de lujo al lado del Támesis, un tra
bajo de enchufado en la empresa de papá, posible herencia... vamos, todo.Bueno, no todo, ya que se le queda clavada la espina de Nola, de la que se enamora locamente, que marcha de la ciudad por romper con Tom. Pero un día se la encuentra en la Tate Modern, y empieza una relación en secreto con ella.
Y ahí es donde empieza el verdadero drama de la película, casi podría decirse que la película empieza ahí. Aquí es donde se demuestra tanto el enorme potencial de los actores -con unos primeros planos de los actores excelentes- como del director, que se sale de sus típicas comedias con un drama perfecto, redondo. Chris intenta compaginar su vida, es decir, su trabajo y Cloe, con Nola. Pero todo empieza a irse a pique, por lo que Chris decide tomar una solución. Muy drástica, por cierto.
Entonces, en la recta final de la película, Woody Allen, además de mantenernos en vilo durante todo el tiempo, tambien nos despista, con las reminiscencias a Crimen y Castigo, la música de ópera de fondo, y como golpe final y magistral, un anillo que cae hacia atras al tocar con la valla del río cuando Chris lo lanza. Pero la suerte es la esencia de la vida, como aquel que dice...
Los trabajos de Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson son perfectos. Por una parte, Chris como el irlandés humilde pero frío y calculador, que pese a saber que la suerte es importante, intenta tenerlo todo bajo control. Y Scarlett Johansson como esa americana seductora, de carácter un tanto dispar deseada por todo aquel que tenga ojos en la cara. La música no se queda atrás, desde luego, con una ópera de fondo espeluzante; y qué decir del ritmo, que aumenta a medida que los sentimientos de Chris se alteran más y más; y por supuesto, la fotografia, con unos encuandres geniales. Mi nota es un 10.
Lo mejor: Casi todo. Los papeles de los actores, la música, la historia, como el director te lo cuenta todo, para engañarte hasta los últimos dos minutos de la película.
Lo peor: Que te duela la cabeza de tanto intentar adivinar cómo va a acabar la película.
Rubén Mantecón
2 comentarios:
Hola,
Felicidades por la página. Esta muy bien.
Respecto a la película de Match Point, no puedo decir lo mismo.
Me gustaría hacer un inciso en la metáfora del tenis con la película que se cita en la crítica: cuando veo jugar a Roger Federer, lo que veo no es suerte, es técnica .Si la pelota da a la red, más que no tener suerte se debe a un error técnico. A no ser que haga viento.....
No sé muy bien por donde empezar mi comentario hacia la película..
Es verdad que Allen tiene en sus inicios, toques cómicos que hacen gracia , pero creo que es un director sobrevalorado. Una especie de Pedro en España.
La película me pareció lenta, no sé si por los planos innecesarios o por la historia en si . Los actores bastante flojos.
Hay papeles que siempre le dan fama a un actor aunque su actuación haya sido mediocre. Los dramas son excelentes para ganarse una buena critica. Nadie valora realmente el que sea más difícil hacer reír que llorar...
Volviendo a la película, considero que le falta algo, más intensidad. No acabo de entender realmente a los personajes, el verdadero fin.
El tema del anillo es muy típico de Allen. No lo del objeto, sino unir la casualidad para resolver situaciones. Esto último seria lo que salvaría de la película.
Saludos.
Yésica
Mmmm... Puede que tengas razón. Es cierto que la película es lenta, pero a mi parecer le da un "puntito". Reflexionando sobre los actores, yo sí seguiría destacando a Chris, aunque es cierto que el papel de Nola tampoco destaca especialmente.
Respecto a lo de la pelota... pues sí, se refiere a que haga viento. No por el hecho de tocar la red o no, si no por el hecho de adónde caerá la pelota (al menos en mi opinión). No me parece importante el cómo llegó hasta allí, que ya se puede considerar un error, sino el hacia dónde irá.
Yo interpreto el final como algo más. Es decir, a mi parecer no guarda ningún valor simbólico referente a la película, sino sencillamente indica que Chris ha conseguido lo que quería.
Saludos y gracias por tu comentario.
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