500 Días Juntos

Director: Mark Webb

País: Estados Unidos
Año: 2009

Género: Comedia romántica

Duración: 95 minutos

Tom (Joseph Gordon-Levitt), es un hombre que busca a la mujer y amor de su vida, que, según parece, resultará ser Summer (Zooey Dechanel), la secretaria del director de la empresa -que hace postales para ocasiones especiales- para la que trabaja.

La película realmente se centra en el desengaño que provoca el hecho de que los sueños de amor de Tom y la verdadera realidad no coincidan: Tom piensa que Summer es y debe ser el amor de su vida, mientras que Summer sostiene que es sólo una relación de amigos.

Así pues, llega un momento en que Summer corta. Tom, entonces, se sume en una apatía y una desolación de la que no saldrá en un tiempo. Pero gracias a sus amigos, empieza a replantearse un poco la vida: vuelve a los estudios de arquitectura y rehace -al menos un poco- su vida. Todo parece ir más o menos bien, hasta que en el día 488 -día con el que empieza la película- se encuentra con Summer otra vez. Tom le dice que ya no cree en el amor platónico ni a primera vista, y ella, por el contrario,le dice que ha descubierto realmente el amor. Esto abre los ojos de Tom. Y en el día, 500, conoce, en una entrevista para el trabajo, a Autumn , dándose cuenta así que el amor es fruto de la casualidad, y no otra cosa.

El mérito lo tiene el guión, no los actores en sí. Tampoco es que sean un desastre, pero no destacan especialmente. Sí cabe destacar el humor -con unos diálogos y situaciones divertidas- y cómo está orientada la acción, con un contador de días, que a la vez que se utiliza para representar el estado de ánimo de Tom en función de un día en concreto, es una herramienta útil para los numerosos flash backs y flash forwards de la película. La fotografía es discreta, igual que la música, que no resalta mucho durante la trama, a excepción de alguna aparición puntual de The Smiths. Mi valoración es un 7,5.

Lo mejor: Es entretenida. La relación entre Tom i Summer está muy lograda.

Lo peor: Como todas las películas románticas, se hacen -al menos un poco- pesadas. Es un poco simplona.

Rubén Mantecón